Los niños no juegan para aprender, pero aprenden jugando.
En esta edad, fantasean, inventan, crean, construyen y convierten cualquier acontecimiento en diversión y disfrute. Pero el juego no solo es eso, es mucho más que pura diversión. El juego constituye una herramienta innata de aprendizaje.
Y hoy ha tocado jugar/aprender con el belén que tenemos montado en clase.
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